viernes, 6 de febrero de 2009

Viendo el trabajo de Elizabeth López con su extraordinaria capacidad para transmitir emociones a través de un dibujo depurado y fuertes y bien concebidas composiciones, no puedo dejar de preguntarme cómo alguien tan joven puede llegar tan lejos en sus indagaciones sobre la satisfacción de sus propias necesidades y la manera en que somos etiquetados y/o marcados por la mirada de los demás.

En este juego de verdades y mentiras ELA nos propone un encuentro con nosotros mismos : ¿Es la muchacha meciéndose en un caballito de niña una mujer que se niega a asumirse como tal?...o será talvez una niña grande dejándose llevar por un dulce erotismo. La quietud de la novia es la alegría de un futuro feliz… ¿o la felicidad de cumplir con un paradigma socialmente impuesto? También, son muy sugerentes la mirada y los labios… ¿qué se esconde tras ellos?, ¿cómo una palabra o una mirada puede permanecer en nosotros durante años si nos han perforado el alma?... ¿por qué nuestro ego lo permite?... ¿o es ese mismo ego el que lo provoca? Y la sensualidad de unos pies que nos llevan a la ilusión del amor… pero que encierran el misterio del alma femenina.

Gracias ELA por enfrentarnos a tus temores, a lo que llamas egocentrismo, a tu tranquila inquietud que te lleva al cuestionamiento sin que dejes de apreciar lo efímero de la felicidad y sobre todo gracias por compartir tu obra con los demás.

Charo Noriega
Lima 10 de Febrero 2009

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